España, con dos millones de hectáreas, es el país de la Unión Europea con más superficie de producción ecológica. Sin embargo, su consumo en el país está por debajo al de otros países.
Una de las prioridades es incrementar su consumo dentro del país. Y es que los alimentos “Bio” representan sólo el 1.91% del valor de la cesta de la compra en España.
Pese a esto, Luis Planas, ministro de Agricultura, ha reconocido que el consumo ha vivido un crecimiento constante. En 2017 ya suponía cerca de 2.000 millones de euros, con un gasto per cápita de 46 euros. Esto supone 10 euros más que el año anterior.
Medidas para apoyar el crecimiento de este mercado
Para impulsar este sector, Planas ha destacado la Estrategia para la Producción Ecológica 2018/20. Esta estrategia pretende la consolidación en España de la agricultura y la ganadería ecológicas.
Hay muchas iniciativas con estos propósitos. Un ejemplo es BioCultura, que este fin de semana ha estado en Madrid, en IFEMA, en su trigésima cuarta edición, con más de 400 actividades para crear una conciencia responsable en los consumidores.
“La agroecología quiere dar un pasó más allá. Y, aunque se basa en el reglamento de la agricultura ecológica, pretende tener un carácter más amplio, como la proximidad, el empeño de fijar población rural o la lucha contra el cambio climático, entre otros parámetros”, ha explicado la directora de Biocultura, Ángeles Parra.
Parra también ha comentado que, a su juicio, hay asignaturas pendientes. Como por ejemplo, un mayor apoyo de las administraciones públicas. Ello supondría a las producciones y las empresas del sector una mayor difusión de las ventajas de consumir productos ecológicos.
También ha dicho que transmitirá a Planas la necesidad de frenar el uso de semillas transgénicas, ya que son una amenaza para la agricultura en general, y solo benefician a las grandes multinacionales.
Según Parra, la Agricultura ecológica puede abastecer a la población mundial
Ángeles Parra está convencida de que la agricultura ecológica, la agroecología, puede alimentar a la población mundial, y que la industria agroquímica resulta una amenaza para lograr este objetivo.
También explica que el mayor precio de los productos ecológicos no es gratuito. Cultivas en pequeñas y medianas explotaciones tiene un precio superior que el hacerlo a gran escala, ya que requiere unos cuidados más detallados.
Además, la agricultura ecológica es el motor de emprendimiento de los jóvenes en el campo, ya que el 80% de los que se incorporan a la actividad lo hacen a través del cultivo orgánico.