El mantenimiento de las instalaciones y equipos usados en ganadería en un óptimo estado de limpieza y libre de agentes nocivos permite a los animales en contacto con ellos, mantener en unas condiciones higiénico-sanitarias adecuadas para su normal desarrollo y contribuye a la prevención de enfermedades. Para el mantenimiento de las explotaciones pecuarias en buenas condiciones es necesario el uso de biocidas de uso ganadero, antes denominados plaguicidas no agrícolas, unida al empleo de prácticas adecuadas. Asimismo, la naturaleza de estas sustancias hace necesario que el aplicador tenga conocimientos de su modo de acción y de la peligrosidad de las mismas según qué condiciones, para evitar riesgos y posibles accidentes derivados de un mal uso.
1.1. Descripción y generalidades
1.1.1. Autorización y registro de biocidas
1.1.2. Características de los preparados comerciales
1.1.3. Clasificación de los biocidas
1.2. Compra, transporte y almacenamiento
1.2.1. Transporte
1.2.2. Almacenamiento
1.3. Equipos de aplicación: tipos, regulación y conservación
1.3.1. Clasificación de los equipos de aplicación
1.3.2. Regulación y conservación de los equipos
La gestión de la explotación agraria ha evolucionado en los últimos años, convirtiéndose en una actividad compleja que requiere el conocimiento de muchas disciplinas entre las que se encuentra la Prevención de Riesgos Laborales. La manipulación de biocidas supone un riesgo para la salud de todas las personas expuestas directamente o indirectamente a ellos. Como cualquier otro tipo de sustancia tóxica, los biocidas penetran en el organismo tanto por vía digestiva, como respiratoria y cutánea, produciendo intoxicaciones de distinta gravedad según la dosis y el tiempo de exposición. Una medida fundamental para prevenir los riesgos derivados del manejo de biocidas es el uso de un Equipo de Protección Individual (EPI), que aísle a la persona del riesgo existente en el medio que lo rodea durante la manipulación de los mismos. Además, es de suma importancia realizar un uso racional de estos productos, así como respetar todas las normas establecidas en la etiquetas relacionadas con su uso y manipulación.
2.1. Prevención de riesgos laborales
2.1.1. Obligaciones empresariales sobre prevención de riesgos laborales
2.1.2. Obligaciones y responsabilidades de los trabajadores en prevención de riesgos laborales
2.2. Equipos de protección individual (EPIS)
2.2.1. Equipos para la protección de la piel
2.2.2. Equipos para la protección de las vías respiratorias
2.2.3. Recomendaciones de mantenimiento del equipo
2.3. La etiqueta de los envases de biocidas. Fichas de datos de seguridad
2.3.1. Datos y condiciones de la etiqueta
2.3.2. Fichas de datos de seguridad
2.4. Síntomas y efectos de los biocidas sobre la salud
2.4.1. Población expuesta al riesgo de los biocidas
2.4.2. Efectos de los biocidas sobre la salud
2.5. Conducta a seguir en caso de intoxicación
2.5.1. Primeros auxilios
2.5.2. Reanimación Cardiopulmonar (RCP)
2.5.3. Conducta a seguir después de haber sufrido una intoxicación
La importancia de los biocidas por su gran utilidad y eficacia en la lucha contra los organismos patógenos, contrasta con los efectos indeseados derivados de un mal o abusivo uso de los métodos de control de plagas basados en el empleo de productos químicos. Uno de los principales efectos negativos del mal uso de estos productos es la contaminación del medio ambiente, lo que obliga a tener muy en cuenta las medidas existentes para mitigar los efectos negativos de los biocidas, antes de la realización de los tratamientos. Estas circunstancias han motivado que los biocidas hayan sido objeto de atención por parte de los Gobiernos, Parlamentos, Organizaciones Internacionales, etc. A medida que el avance de los conocimientos científicos ha proporcionado suficientes elementos de juicio, se han impuesto normas cada vez más concretas y estrictas encaminadas a mejorar su conocimiento y control oficial.
3.1. Riesgos para el medio ambiente
3.1.1. Riesgos para la fauna
3.1.2. Riesgos para el suelo
3.1.3. Riesgos para el agua
3.1.4. Riesgos para el aire
3.1.5. Medidas para disminuir el riesgo sobre el medio ambiente
3.2. Eliminación de envases vacíos
3.2.1. Marco legislativo relativo a envases y residuos de envases
3.2.2. Sistemas de eliminación de envases vacíos de productos biocidas
3.3. Normativa Legal
3.3.1. Reglamentación Técnico-Sanitaria
3.3.2. Real Decreto 255/2003
3.4. Libro Oficial de Movimiento de biocidas peligrosos
3.5. Carné de aplicador de biocidas para la higiene veterinaria
La preocupación por las condiciones ecológicas, económicas y sociales que facilitan, promueven o favorecen la aparición y extensión de enfermedades en una colectividad humana no es algo nuevo, ni forma parte del desarrollo moderno de la sociedad. Al contrario de lo que pueda parecer, esta preocupación ha formado parte de los sentimientos y preocupaciones más antiguas de la especie humana, que como cualquier otra sobre la tierra, ha estado acosada, por multitud de enfermedades de diferentes orígenes, pero especialmente de naturaleza contagiosa. Sin embargo, el concepto de Salud Pública como ciencia es relativamente reciente, y sí puede decirse que corresponde al bagaje actual de logros de nuestra civilización moderna.
4.1. Salud pública: evolución histórica
4.1.1. Salud pública veterinaria
4.2. La zoonosis y su control
4.2.1. Clasificación de las zoonosis
4.2.2. Factores que influyen en la aparición y difusión de las zoonosis
4.3. La red de alerta sanitaria veterinaria
4.4. Enfermedades transmitidas por vectores
4.5. Medicamentos veterinarios
4.5.1. Medicamentos
4.5.2. Piensos medicamentosos
Las plagas van unidas a la historia de la humanidad, pero el concepto ha ido evolucionando con el tiempo. Tradicionalmente las plagas han sido consideradas como cualquier organismo que produce daños. Actualmente se entiende por plaga, aquella situación en la que un animal produce daños a intereses de las personas (salud, cultivos, animales domésticos, etc.). Este concepto de plaga permite evitar la clasificación de las especies animales en buenas y malas, ya que la misma especie puede ser beneficiosa en un determinado lugar y perjudicial en otro. Esto ocurre por ejemplo con los conejos, en Europa forman parte del ecosistema mediterráneo mientras que en Australia son perjudiciales. No obstante, se puede asegurar que determinadas especies son siempre perjudiciales para las personas. Se trata de aquellas especies de animales que almacenan o transportan agentes que provocan enfermedades para las personas, los cultivos o los animales domésticos. En este grupo merecen especial mención los roedores y los insectos y ácaros. Esta circunstancia obliga a que el control de estas especies sea de máxima importancia para la salud de las personas y de su entorno.
5.1. Plagas y salud pública
5.2. Plagas de roedores
5.2.1. Evaluación de las poblaciones de roedores
5.3. Métodos de desratización
5.3.1. Desratización activa
5.3.2. Desratización pasiva
5.4. Insectos y arácnidos. Características generales
5.4.1. Insectos
5.4.2. Arácnidos
5.5. Insecticidas y acaricidas
5.6. Control químico de parásitos en las explotaciones ganaderas
5.6.1. Técnicas de realización de tratamientos contra parásitos externos
A finales del siglo XIX, y de la mano del gran Pasteur, se demostró que las enfermedades infecciosas están causadas por agentes infecciosos o gérmenes (virus, bacterias, hongos, y otros microorganismos), que se transmiten de un individuo a otro por contagio directo o indirecto. En una explotación ganadera, una enfermedad supone una disminución de la rentabilidad. Una herramienta fundamental para controlar y prevenir las enfermedades es establecer programas adecuados de limpieza y desinfección, que reduzcan al máximo o incluso eviten la presencia de organismos patógenos. Así, tanto las instalaciones ganaderas como los vehículos dedicados al transporte de animales, han de ser objeto de atención especial en la propagación pasiva de enfermedades infectocontagiosas de los animales, por lo que su limpieza y desinfección está debidamente legislada. Así se garantiza que el intercambio de animales no sirva en ningún caso como mecanismo de difusión o contagio de enfermedades infecciosas.
6.1. Agentes infecciosos
6.1.1. Agentes microscópicos
6.1.2. Agentes macroscópicos
6.2. Técnicas de desinfección. Desinfectantes
6.2.1. Técnicas de desinfección física
6.2.2. Desinfectantes químicos
6.2.3. Técnicas de desinfección química
6.3. Centros de limpieza y desinfección de vehículos
6.3.1. Funcionamiento de un centro de limpieza y desinfección de vehículos
6.3.2. Certificado de limpieza y desinfección de vehículos
6.4. Precintado de vehículos
6.4.1. Situaciones que requieren el precintado del vehículo
En condiciones naturales los animales han adaptado su anatomía, fisiología y su comportamiento para vivir en el ambiente que les rodea. Sin embargo, desde que una especie animal se saca de su entorno y se introduce en un ambiente artificial, hay que tener en cuenta estas características para que el ambiente sea lo más adecuado posible y por tanto se pueda hablar de unas condiciones de bienestar satisfactorias. Intentar recrear el ambiente idóneo de cada uno de los animales de una explotación sería imposible desde el punto de vista económico. Pero sí se puede tratar de acercar al máximo las condiciones de las explotaciones a las condiciones idóneas. El bienestar animal también debe ser tenido en cuenta desde el punto de vista de la calidad de los productos obtenidos. En general, la calidad de la carne que se obtiene de unos animales sometidos a situaciones de escaso bienestar, es baja. En este sentido las condiciones de bienestar no sólo hay que buscarlas en el interior de las explotaciones, sino también durante el transporte de los animales de una explotación a otra o al matadero, y durante su sacrificio, ya que es precisamente en estas dos fases donde las carencias en bienestar animal repercuten con mayor intensidad en la calidad del producto final. Si conseguimos el bienestar en estas tres situaciones, explotación, transporte y sacrificio, mejoraremos el trato hacia los animales y se conseguirá un producto final de calidad.
7.1. Concepto y medida del bienestar
7.1.1. La medida del bienestar animal
7.1.2. El estrés y sus consecuencias
7.2. Bienestar en las explotaciones ganaderas
7.2.1. Factores endógenos
7.2.2. Factores exógenos
7.2.3. Factores de interacción
7.3. El transporte de animales y el bienestar
7.3.1. Reglamento Comunitario 1/2005 del Consejo de la Unión Europea
7.3.2. Las condiciones de transporte y la calidad de los productos