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    Fertilización de suelos

    Los nutrientes son esenciales para la vida y para la subsistencia de la población mundial (humana, animal y vegetal). Los fertilizantes son un tipo de sustancia, orgánica o inorgánica, que contiene nutrientes que son asimilables por las plantas. Se usa para mantener o incrementar el contenido de estos elementos en el suelo, mejorar la calidad del sustrato a nivel nutricional, estimular el crecimiento vegetativo de las plantas, etc.

    Algunos ejemplos de fertilizantes naturales son el estiércol, que se mezcla con desechos de la agricultura; pieles de plátano (aportan potasio al suelo); e incluso los posos del café.

     

    Principales nutrientes de las plantas: 

    Las plantas no necesitan vitaminas o aminoácidos como las personas, se bastan con otros nutrientes, muchos de ellos cogidos del suelo en el que crecen. Los principales son:

    • Oxígeno, Carbono e Hidrógeno, que la planta obtiene a través del aire y del agua.
    • Nitrógeno (favorece la formación de hojas), Fósforo (para la floración y fructificación), Potasio (esencial para las plantas jóvenes). Estos nutrientes los obtienen del suelo.

     

    Los fertilizantes que utilicemos deben aportar, como mínimo, estos nutrientes a nuestras plantas. Los nutrientes que aporten los podemos clasificar en dos categorías:

    • Nutrientes primarios: Nitrógeno (N), Fósforo (P) y Potasio (K), en adelante “NPK”.
    • Nutrientes secundarios: Calcio (Ca), Azufre (S) y Magnesio (Mg).
    • Oligonutrientes o micronutrientes: normalmente se encuentran en el suelo en cantidad suficiente para las plantas. Sólo se usan en caso de carencia.

     

    Clasificación de fertilizantes:

    • Abonos Orgánicos.

    Son de origen animal o vegetal. Son los que utilizan principalmente las personas que se dedican a la agricultura ecológica, ya que son naturales y menos invasivos con el medio ambiente.

    Los de origen animal son desechos de matadero. Dan un aporte de nitrógeno de descomposición lenta y favorecen la multiplicación rápida de la microflora.

    Los de origen vegetal son desechos vegetales, compostados o no. Aportan bastantes oligoelementos al suelo, así como nitrógeno, fósforo y calcio.

     

    Fertilizante organico
    Fertilizante orgánico.
    • Abonos Inorgánicos:

    Son de origen mineral y están producidos por la industria química. Esta industria interviene sobretodo en la producción de abonos nitrogenados. Estos abonos pasan por la síntesis del amoníaco a partir del nitrógeno del aire (la urea y el nitrato derivan del amoníaco).

    Muchos de los abonos se denominan según sus componentes: los abonos mineralizados está normalizado según sus tres principales compuestos NPK.

     

    Los abonos también pueden clasificarse en función de la cantidad de elementos nutritivos que tenga su formulación:

    • Abonos simples:

    Compuestos por un solo nutriente. Se distingue entre fosfatados, nitrogenados,… Se suelen usar para corregir una carencia determinada que sufra nuestro suelo.

    • Abonos compuestos:

    Formados por dos o más nutrientes principales (NPK), pudiendo contener también nutrientes secundarios o micronutrientes esenciales para el crecimiento.

    En este caso, encontramos los abonos binarios o dobles (mezclas de NP y NK), abonos correctores de carencias dobles, abonos ternarios o triples, correctores de carencias triples y correctores multicarenciales.

    Ahora que ya tenemos unas nociones sobre la definición de abonos y su clasificación, vamos a ver cómo se aplican.

    En la mayoría de los casos son incorporados en el suelo mediante distintas técnicas, generalmente mezclando el fertilizante con nuestra tierra. Pero también cabe la posibilidad de incluirlo en el agua. Es el caso de los cultivos hidropónicos, en los que se prescinde de tierra, y las plantas se desarrollan gracias a una solución de agua y abonos.

     

    Los fertilizantes deben usarse de manera responsable. Se aconseja:

    • No excederse. Si superamos en exceso la cantidad, no solamente nos repercutirá económicamente, sino que además puede ser tóxico para las plantas y el entorno.
    • Controlar los efectos que provoca en la acidez del suelo.
    • Tener en cuenta las interacciones posibles entre los elementos químicos.

     

    Por ello, tanto si tienes tierras de cultivo, como una maceta, deberías interesarte por conocer el estado del suelo donde crecen las raíces de tus plantas, y asegurarte de que contienen todos los nutrientes necesarios para que se desarrollen.

    28 agosto, 2018

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