Las plagas y enfermedades en los cultivos son muy frecuentes. Por ello, se han modernizado los métodos de prevención de estos problemas a lo largo del tiempo. Si usted se dedica al sector agrario, puede seguir unas recomendaciones para evitarlos.
Este sector es fundamental ya que miles de personas se sustentan de esta actividad. Por esta razón desde hace algunos años ha cobrado gran importancia la prevención. Estos agentes son considerados como un factor importante que puede determinar que los cultivos tengan éxito o no, ya que debido a sus características tienen la capacidad de generar grandes pérdidas tanto económicas.
Según un informe de Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), el efecto climático tiene fuertes impactos socioeconómicos. Estos están relacionados directamente con la vulnerabilidad de los sectores productivos. La sequía es uno de los fenómenos que más afecta a los cultivadores del país. Las inclementes temperaturas, el consumo de agua, el normal desarrollo fenológico de los cultivos, el ciclo de vida de plagas y enfermedades, los rendimientos, la oferta y precios de los productos agropecuarios durante y después de su culminación, se ven seriamente afectados.
En general distintos organismos patógenos constituyen un problema para la agricultura, provocando enfermedades y la proliferación de plagas. La salud del hombre, la producción animal, por esta razón es muy importante realizar las labores adecuadas para cada tipo de cultivo, esto con el fin de asegurar una producción de calidad y con mayor rendimiento. Dentro de estas actividades se encuentra el riego, la poda, el tutorado, el aporque y aplicación de productos fitosanitarios.
Principios Tradicionales del Control de las Enfermedades de las Plantas
De esta base de conocimiento acumulado, podemos sacar algunos principios generales del control de las enfermedades y plagas. Un conjunto de principios de este tipo, articulado por primera vez en 1929, se ha adoptado ampliamente y enseñado a generaciones de estudiantes de fitopatología por todo el mundo. Estos “principios tradicionales”, como ellos se conocen, eran planteados por un comité de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos.
- Evasión: evite la enfermedad seleccionando una temporada o un sitio donde no se encuentra el inóculo o donde el ambiente no es favorable para infección.
- Exclusión: evite la introducción de inóculo.
- Erradicación: elimine, destruya, o inactive el inóculo.
- Protección: evite infección por medio de un tóxico o alguna otra barrera a la infección.
- Resistencia: use cultivares que son tolerantes o resistentes a infección.
- Terapia: cure las plantas ya infectadas.
Cuando detectamos el problema
Un factor que hay que tomar en cuenta es la aparición de frutos y plantas enfermas, debido a que pueden provocar la generación de plagas y la contaminación de las plantas y frutos sanos. Por lo tanto se recomienda eliminarlos por completo para evitar la propagación de estos elementos y la pérdida de la cosecha. Asimismo, es importante adquirir especies vegetales autóctonas que tengan la capacidad de adaptarse a las características de la región. Es decir, que resistan a los cambios de clima, que sean de temporada y que no necesiten de muchos cuidados.
Pedirle a un grupo de expertos del manejo de plagas, los cuales conocen las estrategias más importantes para el control de las enfermedades de plantas, es sin duda una de las opciones. Hay que tener en cuenta que estos servicios son expertos en desinfección, desinsectación, desratización, etc. Estos expertos utilizan productos fitosanitarios, los cuales tratan con eficacia estos problemas de plagas y enfermedades.
Por último hay que destacar que para asegurar una buena producción es de gran relevancia mejorar la estructura de las plantas a través de la incorporación de nutrientes y abonos. Esto ayuda a mejorar su salud y evita los efectos negativos causados por las plagas. Una planta sana y bien nutrida es capaz de resistir mejor a estos organismos patógenos.